Tras numerosos aplazamientos por una pandemia, en septiembre se inauguró en Milán un espacio de 4500 metros cuadrados que cambia el concepto de comida viva en la ciudad
Dentro de la Estación Central, en el corazón de la capital de la moda, el diseño, la inclusión, a pesar de Covid. Aquí nació recientemente el Mercado Central de Milán. Dos pisos, 32 locales comerciales, un espacio para reuniones, presentaciones, eventos.
El Mercado Central nació de la necesidad de encontrar un lugar donde la comida sea vivida, contada y preparada por artesanos que respeten y conozcan profundamente de lo que están hablando y de lo que tienen en sus manos.
Es un espacio para vivir y compartir, una oportunidad de contenidos culturales y sociales, sin perder de vista la espontaneidad, sencillez y convivencia que es la base de la comida compartida.
De hecho, todo se puede hacer en el mercado, precisamente porque es el mercado. Un lugar para sentarse a leer, comer, conectarse, comprar y llevarse a casa la excelencia de los artesanos del gusto.
No solo eso: la apertura del Mercado Central de Milán ha puesto en marcha la asociación con cosaporto.it, la start-up totalmente italiana que ha revolucionado el mundo del reparto, gracias a la cual es posible encargar las bondades de las tiendas. y recibirlos cómodamente en casa o en la oficina, encontrando la misma atención al cliente, característica primordial del mercado.
La idea básica es simple, pero extremadamente efectiva. De hecho, queremos devolver la centralidad a la figura de los artesanos y sus productos; devolver a la ciudad un lugar importante y una plaza ideal de bondad; crear, producir y compartir momentos y eventos culturales.
La calidad de comer hoy en día ya no es una opción. Y en el Mercado Central, el objetivo es crear reglas precisas para que los sabores sean de última generación. Comienza con la atención al cliente, luego al territorio y al medio ambiente.
Luego continúa con el cuidado de la mano de obra, de la tradición. Finalmente, crece con información sobre productos, características, su origen y procesamiento.
El punto de partida es la calidad, con el compromiso de hacerlo cada vez mejor. Partiendo de estos ideales compartidos, cada tienda tiene su propio laboratorio y prepara platos a la vista.
En este sentido, el Mercado Central es el lugar donde se puede encontrar una relación con alimentos reales, sinceros y al precio justo.
Todas las cualidades que siempre han distinguido nuestra oferta gastronómica local. Bondad que se conoce y especialidades por descubrir, para comer y compartir en las mesas, o para comprar y llevarse a casa.
El Mercado Central siempre ha tenido como objetivo forjar vínculos fuertes y duraderos con las ciudades en las que se ubica.
Esto se debe a que el territorio, con su densa red de realidades existentes, es un interlocutor importante, atento y activo.
Y el vínculo que el mercado ha sabido construir es tangible, apreciado, reconocido y también y sobre todo pasa por importantes gestos.
Los lugares elegidos para las aperturas del Mercado Central – puntos focales del tejido y ambientes muchas veces ya no vividos – se recuperan, cobran nueva vida y se devuelven a la ciudad, que puede volver a vivirlos y disfrutarlos plenamente.
Una auténtica plaza dentro de la plaza, un punto de referencia para los amantes y los que eligen la buena comida, en constante diálogo con la comunidad para nutrir en cuerpo y alma cada día y devolver al público la alegría de vivir.