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La actividad de la abadía que diò un gran giro cuando uno de los frailes encontró en un libro del 1800 una antigua receta de un monje de la orden

La contribución de los monjes en el sector vinícola desde la Edad Media ha sido sin duda muy importante. Sin embargo, los monjes no sólo han dejado su huella en el mundo del vino, sino también en el de la cerveza. En la Edad Media, el proceso de fermentación hacía potable el agua, que en ese momento era un vehículo para la enfermedad. Fieles a la regla “ora et labora” los monjes cistercienses comenzaron a producir cerveza tanto para su propio consumo como para las cervecerías que construyeron dentro de los muros de sus abadías, alternando la oración con el trabajo. Santa Hildegarda de Bingen, una famosa monja benedictina, considerada una de las mujeres más influyentes de la época medieval, pudo desempeñar un papel fundamental en el descubrimiento de las propiedades del lúpulo y en la difusión de sus estudios en el medio monástico, tanto que la bebida de lúpulo pudo ser preservada.

Hoy en día, hay cientos de marcas de cerveza de abadía en el mundo, dedicadas a monasterios, iglesias, santos o comunidades religiosas, pero no tienen nada que ver con las verdaderas cervezas trapenses. Las cervezas trapenses son las producidas por los monjes trapenses con una receta única y levaduras que a menudo permanecen almacenadas en las Abadías durante siglos. Actualmente sólo hay catorce de ellos en el mundo. La orden de los Cistercienses de la Estricta Observancia, llamada Trapenses, fue fundada en el  1600 en Francia, en el monasterio cisterciense de Notre-Dame de la Trappe en Francia, de donde deriva su nombre. Aunque a menudo se cree erróneamente que el término «trapense» se refiere a un estilo particular de cerveza, en realidad no existe un perfil sensorial común que identifique todas las cervezas trapense. El nombre Trapense, por lo tanto, no se refiere a un estilo particular, sino que consiste en una certificación de origen que garantiza el origen monástico del producto y el cumplimiento de las tres condiciones establecidas por la Asociación Internacional Trapense:

1. Los productos deben ser fabricados en el interior o en los alrededores de la abadía

2. La producción debe suceder bajo el control de los monjes o de las monjas

3. Las ganancias deben ser destinadas a las necesidades de l comunidad del monasterio, a la solidaridad dentro de la orden trapense, a proyectos de desarrollo y a obras de beneficiencia.

En Italia tenemos la suerte de tener una de las catorce cervezas trapenses, una realidad muy singular, porque además de ser la única cerveza trapense italiana, es también la más pequeña de todas las cervecerías trapenses. Estamos hablando de la Trippel Tre Fontane de la Abazia Tre Fontane de Roma, una cerveza de alta fermentación, elaborada a mano con los eucaliptos que rodean la abadía. De hecho, en esta abadía los monjes se han especializado en el cultivo de 7 especies de eucalipto plantadas a finales del siglo XIX para erradicar la malaria. Con las hojas de estos árboles, los monjes han estado produciendo finos licores desde 1868.  Sin embargo, la actividad de la abadía dio un giro positivo en 2012, cuando uno de los monjes encontró en un libro de finales del siglo XIX una antigua receta de un monje de la orden. La receta consiste en una mezcla de eucalipto, con la que produjeron la primera cerveza del mundo con este ingrediente. Esta receta dio como resultado una cerveza de intenso color dorado, cuerpo medio y sabor incisivo y moderadamente afrutado. La dulzura se equilibra con el sabor amargo que da el lúpulo. El regusto dulzón se acompaña de notas picantes y una agradable sensación astringente que limpia la boca. El alto contenido de alcohol (8,5%) añade una refinada sensación de calor con tonos balsámicos de eucalipto. ¡Pruébalo en combinación con pescado crudo y ostras!

Es una cerveza sin filtrar, sin pasteurizar y no centrifugada, producida al estilo de la cerveza belga. Una producción muy pequeña de sólo 800 hectolitros por año. Según lo dispuesto en el reglamento, los beneficios de la producción se limita a garantizar el sustento de la comunidad, a financiar obras de beneficencia y a preservar el patrimonio histórico y cultural de la abadía. De hecho, durante la entrevista que le hicimos al jefe de la cervecería, nos habló de un hermoso proyecto que han empezado a llevar a cabo desde 2019.  Se trata de una colaboración con la cervecería trapense de la cervecería Spencer de los Estados Unidos, para crear la cerveza Sinergia 19. Una edición limitada de IPA producida con el objetivo de ayudar a las monjas de un monasterio en Angola a construir una fábrica para producir medicinas. Un proyecto que trajo la primera colaboración entre dos abadías trapenses. Gracias al éxito de Sinergia 19, Tre Fontane planea lanzar una edición especial cada año en apoyo de un proyecto benéfico específico.

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