A pesar de muchas ingenuidades, la oferta de vinos mejora. El caso de un restaurante gourmet, con excelentes vinos ofrecidos en recargas inteligentes
En los restaurantes italianos, la gente bebe mejor, pero mucho mejor, que hace unos años. Esto también se debe a la continua evolución cualitativa de los productos, con bodegas cada vez más orientadas a potenciar, en clave evolutiva, sus particularidades, de viñedo, variedad de uva, microclima junto con un innegable crecimiento de la cultura profesional.
El nivel de la oferta de vinos en restauración, en muchos casos, es ahora muy alto. Lo cual nos reconforta, porque es el signo de una consolidación de lo que llevamos escribiendo, diciendo y esperando desde hace años.
El camino hacia la mejora de la calidad y su difusión, sin embargo, está plagado de obstáculos: en primer lugar (lamentablemente) un cierto descuido en el comedor, donde a veces falta la autoridad de un sumiller o de un jefe de sala. Algunos ejemplos para todos: la copa de prosecco servida en una copa diseñada por un productor de Método Clásico (o la botella de Franciacorta colocada en el balde de una casa de Champaña.
Y viceversa). Por no hablar de los vinos incluidos en la carta que, una vez elegidos y pedidos, se agotan. ¡Oh no, eso no está bien! Y un asterisco al lado del vino no es suficiente para justificar la falta de atención … Del mismo modo que es desagradable leer nombres con errores de imprenta obvios en la carta de vinos: o más, como las cancelaciones de etiquetas escritas a mano «ya no presente en la bodega «o» Disculpe, los hemos pedido pero aún no han llegado «.
Así como es especie (cada vez menos, en verdad) notar márgenes demasiado altos. Recargas que dan la impresión de una gestión poco atenta al «valor del vino» y su correcta comunicación / marketing. ¡Afortunadamente, hay excepciones! A esta propuesta, nos gusta señalar aquí positivamente el caso de un restaurante lombardo (llamado Aroma, como el homónimo romano) de excelente cocina, con un chef toscano llamado Tommaso Verni (ecléctico, brillante, talentoso) que ofrece platos dotados de gusto. y técnica: bueno, la carta de vinos de este restaurante (cerca de Bérgamo, en un Resort de alto nivel, llamado el Piajo) tiene etiquetas del más alto nivel, propuestas con un marcado más que honesto, para confirmar el hecho de que se puede beber. muy bien, disfrutando de recargas inteligentes, que tienen en cuenta el nivel del lugar, y que respetan al cliente, que no es tonto.
Felicitaciones al Piajo y su gerencia. También porque, como muchas veces le gusta repetir a Angelo Gaja con un lema secuencial, que ya se ha hecho famoso y que no me canso de citar, hay que HACER, SABER HACER, SABER HACER, HACER CONOCER. Aquí, creo que en la gestión del vino, desde la selección de los productos en la bodega hasta el servicio final en la mesa, es fundamental seguir estas pocas y sencillas reglas.